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Guía de Mantenimiento de Compresores de Aire

Una de las cosas que más nos preocupan cuando compramos un compresor es cómo mantenerlo funcional y en buen estado el mayor tiempo posible.

Aunque existen muchas marcas, tipos y modelos de compresores, se recomienda algunas normas generales para garantizar que tu equipo pueda servirte por muchos años:

Recomendaciones básicas de mantenimiento

  • Lee detenidamente las instrucciones del fabricante en cuanto a cuidado y mantenimiento del equipo.
  • Los compresores deben colocarse en suelos lo más nivelados posibles. Es conveniente usar apoyos de goma para evitar que las vibraciones desplacen el equipo mientras lo usamos.
  • Antes de comenzar a usar tu compresor debes asegurarte de que el filtro de entrada de aire este limpio. También debes verificar que el nivel de aceite sea el óptimo y chequear que la correa de transmisión este en buen estado (muchos equipos no la usan).
  • Los compresores suelen alcanzar altas temperaturas. Asegúrate de que se encuentra en un sitio ventilado, lejos de cualquier líquido inflamable o de materiales que puedan dañarse con el calor.
  • Lo ideal es cambiar los filtros y el aceite cada 145 horas de uso continuo. Sin embargo, este lapso puede ser más corto si el lubricante se torna oscuro o cambia de densidad. Si tu compresor es nuevo se sugiere hacer un recambio completo después de 5 horas de uso.
  • Se debe vaciar el tanque de aire comprimido por completo después de cada uso a fin de evitar accidentes y daños en el equipo.
  • También debes recordar drenar el agua que se acumula en el tanque y el filtro de salida producto de la condensación.
  • Limpia periódicamente las aletas de refrigeración de la carcasa para facilitar el intercambio de calor.

Antes de realizar cualquiera de estos procedimientos recuerda desconectar el compresor.

Qué tipo de aceite lleva un compresor de aire

Existen diversos tipos de aceites según su composición química:

  • Aceite sintético: Son los más idóneos para temperaturas extremadamente altas o bajas debido a que sus moléculas son más uniformes, suelen contener aditivos de alto rendimiento y contienen menos impurezas.
  • Aceite semi-sintético: Son una mezcla de aceites sintéticos y convencionales. Es especialmente buenos para evitar la oxidación y tienen un buen rendimiento en bajas temperaturas.
  • Aceite convencional: Existe un amplio abanico de opciones en cuanto a este tipo de lubricantes. Están disponibles en diferentes grados de viscosidad y graduaciones de calidad. Se recomiendan para motores de mecánica sencilla y requieren de un mantenimiento más frecuente.
  • Aceite de alto kilometraje: Están formulados especialmente para motores sometidos un alto desgaste.

Los aceites también se clasifican según su viscosidad, que es la propiedad más importante en estos lubricantes. Esta propiedad se mide en grado SAE, representado por un código de números y letras en el envase del aceite.

Losnúmeros indican la viscosidad del lubricante a una temperatura mínima y máxima. Cuanto más pequeño es el primer número (acompañado de una W) más fluido será el aceite en frío.

El segundo número es la viscosidad cuando está caliente. Mientras más alto este número, menos fluido (más viscoso) será el lubricante en caliente, lo que se traduce en una mayor protección a los mecanismos.

Empero, una densidad demasiado alta implica un mayor gasto energético por parte del motor y un incremento en la temperatura debido a la fricción generada por el propio aceite.

Los más recomendados para compresores de aire son:

  • Aceite 10W40: Se utiliza por su alta versatilidad en temperaturas, con una mínima de -20ºC. Posee una viscosidad cinemática de 4,1.
  • Aceite 5W40: Se recomendado para equipos nuevos. Trabaja en una temperatura mínima  de -25ºC y tiene una viscosidad cinemática de 3,8.
  • Aceite 15W40: Es el más indicado para climas cálidos. Puede trabajar a una temperatura mínima de -15ºC. Su viscosidad cinemática de 5,6.
  • Aceite 20W40: Cuenta con una viscosidad cinemática de 13,7.
  •  Aceite 20W50: Su viscosidad cinemática es de 14,5.

Para elegir el aceite más adecuado debes tomar en consideración su viscosidad, la temperatura y los consejos del fabricante.

Cómo hacer el cambio de aceite en un compresor de aire

Lo primero a considerar antes de realizar el cambio deaceite es si el compresor cuenta con el nivel adecuado de lubricante para su funcionamiento, las horas de trabajo soportado, el color y la viscosidad.

El procedimiento es bastante sencillo:

  1. Mira la cantidad de aceite requerida en el manual del fabricante. Para un compresor entre 25 y 50 litros se utilizan en promedio 250ml.
  2. Ubica y quita el tapón de entrada de aceite. Puede ser roscado o a presión.
  3. Busca y afloja el tapón de drenado de aceite. Por lo general está en la parte inferior de uno de los costados del mecanismo de compresión.
  4. Permite que salga todo el aceite, recogiéndolo con un embudo en un recipiente para luego llevarlo a un reciclador. No lo deseches en la naturaleza o en el drenaje ya que  son muy contaminantes. De ser necesario inclina un poco el compresor a fin de que salga hasta la última gota.
  5. Coloca de nuevo el tapón de vaciado enroscándolo con firmeza para asegurarte de que no se produzcan fugas.
  6. Llenar el recipiente con aceite nuevo hasta la marca indicada  en el visor (ojo de buey) o en la punta de medición del tapón (si no posee mirilla). No te precipites, ve agregando pequeñas cantidades de aceite, espera un poco y luego continúa el proceso hasta llegar al nivel perfecto.

Cómo extraer del aire comprimido y el agua que queda en el tanque

Dejar salir el aire comprimido remanente al terminar de usar tu compresor es la mejor forma de evitar accidentes en caso de impactos que puedan generar una explosión o deformación del calderín.

Para ello solo tienes que ubicar el tapón del calderín en la parte inferior de éste, aflojarlo y dejar que se vacíe. Es muy probable que también salga el agua (generalmente negra) que se ha condensado en el tanque.

Al dejar de escuchar el siseo característico sabrás que ha finalizado la operación. Limpia bien el orifico de salida y vuelve a colocar el tapón del depósito.

Qué hacer si el compresor de aire no arranca

Existen numerosos motivos por los cuales tu compresor no encienda. Entre los más comunes están:

  • Falta de alimentación: El compresor no está enchufado a la corriente o hay un desperfecto en el cable o en la toma eléctrica.
  • Bajo voltaje: El voltaje de la línea de eléctrica es muy bajo o no es el adecuado.
  • Capacitor dañado: Si este dispositivo está estropeado el compresor no logrará encender. Para saber si esta es la falla solo tienes que medir la capacitancia para saber si es deficiente o nula. En tal caso, debes reemplazar el capacitor por uno nuevo.
  • Terminales recalentados y rotos: Con una solo revisión visual de los cables y de los terminales puedes notar si ha habido algún recalentamiento que evite el paso de la corriente. La solución es sencilla: Reemplaza las piezas recalentadas.
  • Protector térmico dañado: El dispositivo que se encarga de apagar el compresor en caso de un recalentamiento no funciona. Mide si hay paso de corriente o está abierto.
  • Compresor recalentado: El equipo se ha sobrecalentado por falta de ventilación o exceso de uso, haciendo que el protector térmico se abra. En tal caso, solo debes esperar a que se enfríe. Busca y presiona el botón del térmico, para luego tratar de encenderlo de nuevo. Si enciende y se vuelve a apagar al transcurrir unos segundos, puede ser indicio de que hay un corto circuito en el aparato. Recuerda que por cada 50 minutos de trabajo continuo el compresor debe descansar entre 20 y 30 minutos.

Qué hacer si el compresor de aire no corta o no para de funcionar

Puede existir una variedad de motivos por los cuales nuestro compresor no haga las paradas reglamentarias de descanso al alcanzar la presión máxima. Estos son los 2 más frecuentes:

Fuga de aire:

Lo más probable es que haya una fuga de aire en alguna salida o válvula. También puede haber alguna perforación en una manguera o en el tanque. En algunos casos puede existir alguna pérdida en el presostato. Al solucionar dicho escape se eliminará la falla.

Configuración del presostato:

El presostato el dispositivo que se encarga de controlar los niveles mínimos y máximos de presión, activando y apagando el motor. En la mayoría de los casos se ubica en la parte superior del equipo y suele estar cubierto por una carcasa plástica de protección.

Para configurarlo correctamente retirar la carcasa para poder ver el mecanismo interno. Encontrarás un par de tornillos: Uno grande y uno pequeño.

El tornillo grande regula la presión máxima. Apriétalo hacia la izquierda, para aumentar el nivel de presión al cual debe apagarse el compresor.

El tornillo pequeño regula la presión mínima. Mientras más lo aprietes aumentará la presión a la que el equipo debe encenderse automáticamente para restituir el aire perdido.

Prueba aflojando un poco el tornillo grande, para disminuir la presión máxima. Enciende el compresor  y fíjate en el manómetro que indica la presión interior para comprobar a qué nivel se detiene. Si lo hace en el punto correcto, entonces regula la presión mínima para tener un mejor control del funcionamiento.

Pero ¡OJO! Si no tienes mucha experiencia en este tipo de dispositivos no es conveniente que lo hagas sin supervisión adecuada, ya que una mala calibración puede provocar una sobrepresión que ocasione roturas o explosiones en las tuberías o en el calderín. La mayoría de los compresores vienen calibrados de fábrica en función a sus características y resistencia de sus materiales.

Conclusión

Los compresores de aire son máquinas realmente nobles: Requieren de muy poco mantenimiento, pero a cambio de ello te brindan años de trabajo arduo en tan diversas tareas que serían imposible nombrarlas todas en este artículo.

Seguir las directrices que te hemos sugerido no solo permitirá que disfrutes de tu inversión por mucho tiempo y le saques el mayor provecho, también redundarán en tu seguridad y en la calidad de las labores que realices. ¡Es hora de poner tus conocimientos en práctica!

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